miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un Francisco Javier y una Teresita en Sepulveda

Celebramos hoy los Redentoristas el nacimiento de la Congregación. Para felicitar a tantas personas de los cuatro puntos cardinales quiero presentarles a todos a dos personas que en estos días de Misión en Sepulveda me han hecho pensary recordar a los patrones de las misiones: Francisco Javier y Teresa del Niño Jesús.
La primera de estas personas es Teresa (curiosa coincidencia de nombre con la de Lixieu). Ella tiene una minusvalía y se encuentra postrada en un sillón en su casa. Durante la semana de las asambleas abrió su casa y el saloncito donde ella pasa la mayor parte del tiempo, se transformó en la asamblea familiar más grande de toda la villa. La vivencia de la fe madurada con la enfermedad y los dolores y  alimentada con la oración la han converdito en Misionera desde la acogida. A su lado, la experiencia espiritual se siente vibrar; se contagia uno de su entusiasmo, entrega, celo misionero. A su lado uno descubre el valor de la enfermedad vivida en comunión con Cristo y los dolores ofrecidos con una actitud de amor; en su rostro destaca una sonrisa expresiva ante cualquier pregunta. Ella, desde su sofá, a abierto muchos corazones a Cristo.
La otra persona es Tomás (como el apostol que evangelizó la India). Este es un indú que vive y trabaja en Sepulveda. Durante la primera semana, su vecina Victoria le propuso para ser animador de la asamblea que se reunía en la casa de ella. En la celebración misional de Jesucristo ha hecho de peregrino. En la asamblea de asambleas nos trasmitió la alegría que rebosaba de su alma al sentirse hermano entre hermanos a pesar de estar tan lejos de su país y familia. El lunes se presentaba como un peregrino que desde la India camina por los caminos buscando a Dios y contagiando a los demás con a alegría de la fe en Cristo Jesús. Como parte del símbolo ofrecía a la asamblea el rostro de Cristo y la Palabra contenida en la Biblia. Y lo que era parte de la celebración, él, con su tono cobrizo nos lo trasmitió en palabras que nacían de su corazón. Verdaderamente Tomás ha corrido el camino inverso al de Francisco Javier para devolvernos la alegría de nuestra fe cristiana y nos a abierto a la catolicidad de la Iglesia haciendo que nos sintamos parte de una comunidad mundial.
Que el Señor bendiga a ezstos dos apóstoles de Sepulveda y que su fe se contagie a otros.

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