lunes, 9 de abril de 2012

Celebrando la Páscua entre los plasticos y la playa de Níjar

Cuentan los naturales del campo de Níjar que la mayor riqueza de aquella zona árida de Almería es su subsuelo. aparentemente en pleno desierto, en las profundidades de aquellas tierras esconde un precioso tesoro, manantiales de agua, que abiertos mediante las heridas de los pozos, hacen fructificar el desierto, convirtiéndolo en un vergel. Y alrededor de esa vida nacieron los pueblos nuevos en los años 60 que crecieron en los 70 y 80 con la eclosión de la agricultura en almería.

Debajo de los plásticos que dan a todo el campo de Níjar ese aspecto de lago esconde el trabajo, los esfuerzos y deseos, la cooperación de muchas personas que día a día intentan con su trabajo hacer que el tesoro del agua produzca fruto. También esconde las cruces y los viacrucis de muchas personas emigradas de sus culturas y familias que han venido buscando unporvenir y que muchas veces viven en condiciones indignas; las cruces de las tensiones culturales que muchas veces surgen la convivencia de las personas. Cerca está también el viacrucis de aquellas personas que están recluidas en la prisión de Almería o los viacrucis de las personas que se están desintoxicando en el centro Nuevo Rumbo. Y como en cualquier Viacrucis, los cirineos y las marías que abren sus corazones compasivos al sufrimiento o colaboran llenando las cruces de los demás: comunidades de religiosas, sacerdotes y seglares que quieren llevar el agua del Espíritu a que brote la Vida resucitada en medio de la muerte.

Estos han sido los escenarios donde he compartido este año la Páscua, en el entorno de la Parroquia de Campohermoso (Almería) en pleno campo de Níjar. Y la he vivido unto a religiosas Esclavas de la Inmaulada Virgen niña y seglares de su fraternidad seglar, el Párroco y jóvenes de  de Campohermoso. Nada más llegar, el miércoles Santo, presenciamos un viacrucis viviente por las calles de este pueblo. Las mañanas del jueves, viernes y sábado Santo compartieron con nosotros los distintos viacrucis que se viven en esa zona como son el de una residencia de ancianos asisitidos, la cárcel, los inmigrantes y los drogodependientes. Por las tardes y noches celebramos los oficios y  oracionen propias al hilo de la litúrgia, en las comunidades cristianas de Campohermoso, Fernan Pérez, Pueblo Blanco y Las Negras, una extensión grande de terreno que llega hasta la misma playa del Cabo de Gata.


La impresión general final ha sido la misma de aquella tierra; gente sencilla y trabajadora; tierra marcada por la cruz de la realidad. Pero comunidades cristianas que han dejado brotar el agua del Espíritu que mana de la herida del costado de Cristo y que en medio de aquel desierto ha creado comunidades cristianas muy vivas, llenas de entusiasmo, con una fe fresca y expresiva. Es fácil contagiarse de esa vida compartiendo la vida sencilla de todos aquellos jovenes que sentados ante la esucaristía, rezaban la madrugada o adoraban la cruz con las notas de las antífonas de taizé el  viernes santo o efusivamente cantaban la resurrección de Cristo.
En medio de aquel vergel de fe, estaba ella; abriendo los corazones de sus hijos con su sola mirada; allí tenía una pequeña y recogida capilla la Virgen del Perpetuo Socorro. que ella siga cuidando aquellas comunidades cristianas para que se vayan revitalizando día a día; que cuide a su párroco, mi tocayo Antonio Manuel, y a su compañero Manolo, párroco de níjar; que cuide te esos rostros que he conocido, especialmente aquellos granadinos y almerienses que peregrinaron a aquellos santuarios de la Cruz y manantiales de Agua Viva y a las religiosas de La Divina Infantita que les acompañaron y a las de la Sagrada Familia de Burdeos y a las de La Inmaculada Concepción que están habitualmente allí.


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