En pleno corazón de Andalucía, se
enclava el monasterio del Cister medio de un campo de naranjos. Entre la
inmensidad del horizonte, desde la ventana de mi habitación en la hospedería
monástica, mis ojos no han dejado de mirar la belleza de un máquina antigua:
una noria…. ¡sí, una vieja noria! Aunque oxidada y rotas las cubetas, por el
desuso y el paso del tiempo, estaba dotada de todos los engranajes, cubos y
cadenas para extraer el agua de las profundidades de la tierra. Asomándose al
borde de la apertura, en el interior se podía uno ver reflejado en el agua de
su fondo. Alrededor, una superficie empedrada donde el animal daría vueltas,
haciendo mover los engranajes de la noria con el repetido movimiento en torno
al eje.


Verdaderamente poco hay que contar
de estos días, pues poca novedad y pocas historietas genera la vida, si no es
el horario, la liturgia y la vida de los monjes. Pero el discurrir monótono del
horario en torno a Cristo, eje de la vida monástica, genera un milagro: va
centrando a la atención persona en uno mismo para encontrarse con lo que uno es
y lo que le hace vivir. ¡Bendita noria de la vida monástica! Quisiera hacer referencia al eco
especial que estos días ha tenido en una
visita que a finales de agosto hice con Kiko, un amigo sacerdote de Valencia, a
Montilla, al Santuario y Casa de San Juan de Ávila. Su vida de sacerdote
misionero apasionado por Cristo ha sido durante estos días un referente para mi
vida apostólica. Y no podía olvidar los ecos que quedan en mi corazón de las
comunidades y creyentes de Honduras, que han dejado muescas en mi corazón.
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Casa de Juan de Avila -patio |
Con todo ello he ido cargando
pilas para iniciar mis andanzas misioneras por estas tierras Españolas, que
esperan en este tiempo de sequía a todos los niveles ser regadas por el Agua
Viva. Desde esta plataforma quisiera agradecer a la Comunidad de Monjes de las
Escalonias de Hornachuelos (Córdoba), desde el Superior al Hospedero, pasando por todos los hermanos y por los colaboradores de la hospedería, su acogida, ayuda y testimonio de vida centrada
en Cristo que me han ofrecido estos días. Que el Padre les siga fortaleciendo
en su vocación. Les llevaré conmigo por mis caminos de mmisión.