viernes, 3 de agosto de 2012

DESDE LA MAR …. DE CAMINO HACIA ESPAÑA

En el avión los PP. Manuel y Antonio
Escribo desde la mitad  del Océano Atlántico, cuando el avión vuela con dirección a Madrid, acompañado por el P. Manuel Cabello. Atrás hemos dejado las horas de espera en Miami y la incertidumbre del paso por el control de pasaportes en la aduana de EEUU.

Despegábamos  a las 7,00 AM de Honduras y dejábamos bajo nuestros pies La Mesa, La Lima, El Nuevo San Juan, y desde allí podíamos situar en el horizonte la Nueva Jerusalén, La Paz, Oro Verde, Campo Dos… y traer a la memoria esos rostros de personas con los que hemos compartido estos días. Y con el recuerdo, la nostalgia de la despedida.
Nuevo San Juan a vista de avión
Es sorprendente como el corazón se ha ensanchado con el cariño de todas esas personas que han escrito sus nombres en él y se han confiado a él al compartir sus historias. Han sido dos meses y medio llenos de personas, de vida, de sueños, de heridas que me han regalado este tiempo especial. Debajo queda un pueblo que sufre la injusticia, la violencia, la pobreza, pero que sabe hacer fiesta, bailar y danzar con mucho ritmo y cantar a Dios cada día por la vida que se le regala. Un pueblo que hace de sus celebraciones litúrgicas un canto de esperanza, pues sólo en dios puede confiar, ya que el presente que vive cada día le supera.

Capilla del Smo. Redentor y niños a la espera
Especial ha sido la celebración del día de San Alfonso, celebrada compartiendo la fraternidad con la comunidad redentorista de San Pedro Sula, con 4 voluntarias españolas y con otros hermanos redentoristas de esta recién nacida Provincia de América Central. Terminada la Misión en la Jerusalén me trasladé a San Pedro a la Colonia Fesitranh. Aquí los redentoristas animan pastoralmente la Parroquia de San Antonio de Padua; la comunidad la forman el párroco y superior P. Nery, un padre recién ordenado, David; y el diácono H. Josué. Acogido fraternalmente por ellos durante algo más de una semana, han compartido generosamente no sólo la fraternidad, la comida y la cama, sino la oración, la amistad de los laicos con los que comparten la animación pastoral de la parroquia, las celebraciones litúrgicas muy concurridas y animadas y  los sueños y proyectos de futuro. He podido ver las distintas realidades que configuran esta parroquia, desde la colonia fesitranh a las zonas más deprimidas como es el Santísimo Redentor, las más rurales como son Altos de Sula, o las zonas intermedias como Armenta o los Pinos. Agradecerles la experiencia de congregación tenida  entre ellos que ha sido la guinda que culmina este pastel de experiencias misioneras en estas tierras.

Niños a la puerta del Smo Redentor repartiendo el desayuno.
P. Nery a la derecha; Nieves, voluntaria, a la izquierda.
El sábado pasado acogíamos a las 4 voluntarias de la ONG Asociación para la Solidaridad. Una de ellas es Dolo, una viaja conocida de Granada; otras dos, Bea y Noelia, pertenecientes a la parroquia de Sevilla donde estoy destinado; la cuarta, Nieves, procedente de Olivares (Sevilla), donde la conocí en febrero, durante la Renovación de Misión. Desearles a las cuatro que su estancia por Honduras les llene tanto como a mí.

Quisiera agradecer a Dios la experiencia vivida; a los hermanos y compañeros misioneros por todo lo compartido y por la ayuda prestada; y a tantas personas conocidas por su amistad, acogida y ayuda.

P. Josue, seglares de la Fesitranh y voluntarias de AS en altos de Sula
Dios es grande; la Iglesia Católica es amplia y universal, y nos acoge en cualquier lugar del mundo; la Congregación Redentorista es una familia fraterna que nos hace sentir hermanos a todos con independencia de nuestra procedencia.