Hace 4 días que llegabamos a Segovia, la ciudad famosa por estar atravesada por un gran acueducto; y es curioso, en la ciudad del acueducto muchos prefieren vivir aislados y sin comunicación.
Enesta ciudad, la Comunidad parroquial de Santa Teresa es fuerte y viva; desde ahí ha querido ser un puente para las nuevas personas que se han instalado en el barrio en las nuevas ediificaciones. Han sido unos días de andar por las calles, tocar a las puertas, presentarnos a los vecinos, pedir su casa para la comunidad parroquial, invitar a la partiicipación en las asambleas ... mucho trabajo y esfuerzo con el que hemos completado el que los seglares comprometidos han venido haciendo estos meses pasados de preparación. Los resultados han sido 13 hogares abiertos a los vecinos para que en ellos se escuche la Palabra de Dios, se dialogue y se cultive la fraternidad. Todos estamos a la expectativa de los resultados.
Con este telón de fondo y ante la frialdad de muchos vecinos, ayercelebrabamos la Eucaristía domnical, motivandonos los pequeños con la dinámica del Muro y Puente; tenemos que romper los muros que levanta el pecado para tender los puentes y abrir las puertas siguiendo a Jesús. En medio de tanta frialdad, la Iglesia quiere ser puerta y puente de fraternidad, de encuentro y de descubrimiento del misterio. No buscamos más que ser una oferta, una mano tendida a todos. Para ello es necesario romper y derribar los muros del individualismo, la indiferencia, la comodidad, ...
Ojala que la ciudad del acueducto, sea una ciudad de sepa tirar muros y seguir abriendo puentes....