lunes, 19 de marzo de 2018

El amor hecho solidaridad en el cautiverio


Cada cuarsma visita el Centro penitenciario de Picassent la imagen de Jesús de Medinaceli del Grao de Valencia. Muy sugerente ver una imagen de Cristo cautivo entre las rejas de los módulos. Hagamos recuerdo de la historia de la imagen original; llevada en cautividad junto con los habitantes del enclave español en la costa marroquí por los piratas berberiscos. La imagen junto a sus compañeros de cautiverio fue rescatada por los frailes trinitarios. De ahí su nombre: El divino Redentor cautivo y rescatado.

Durante la procesión por aquellos pasillos de el pasado año, me encontré en la entrada de uno de los módulos, con un joven al que conocí hacía unos años y que ya estaba en semi-libertad (tercer grado).  El corazón me dio un pálpito; por mi mente pasó una pregunta: "¿Qué habrá hecho? Leyéndome el pensamiento, se acercó y me dijo: "Antonio, no te asustes, que no me he metido en ningún lio".
 
Tras la procesión me acerqué y me contó el misterio. Le quedaban 15 días para la libertad total, después de 4 años de cárcel. Pero su hermano pequeño acababa de entrar en el centro penitenciario para pagar 3 años de prisión. Nuestro protagonista no podría ver a su hermano hasta pasados un par de años, en que sus antecedentes penales se lo permitieses. Por esa razón renunció a la semi-libertad, ingresó en el Centro penitenciario para pasar ahí las dos semanas y poder ver y acompañar a su hermano antes de salir en libertad.

Este relato, con el recuerdo de la imagen por los pasillos del centro penitenciario, me recordó el texto de Pablo a los Filipenses: "Cristo a pesar de su condición divina...  se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo... y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.... El amor se hace solidaridad también con el cautivo.

(Texto publicada en la Revista PS Icono en el año 2017)

lunes, 5 de marzo de 2018


Desde la cara oculta

Todos conocemos que la luna tiene su cara oculta; desde nuestra perspectiva solamente podemos ver aquella que se nos muestra cada noche. La otra permanece en el silencio y anonimato. Sabemos de su existencia, pero vivimos ignorándola. En la vida pasa algo similar; hay una parte de ella y de la sociedad que nos es oculta.

Habitualmente aparecen en los medios un tipo de realidad que genera noticia y expectación, pero que es sesgada. En esta sociedad de la imagen en la que vivimos, nos hemos acostumbrado a pensar que sólo existe aquello que aparece por la televisión o que está en la red. Esta ilusión se ha convertido en el sueño de muchas personas; tener una oportunidad de éxito; asomarse a la ventana de la fama con la que estar entre las personas que "existen".

Pero todos sabemos que la vida es más amplia que lo que aparece en los medios de comunicación. Nuestra sociedad vive de espaldas a  una franja de población que vive, sueña, sufre y festeja; pero que no es noticiable. Son la cara oculta de nuestro mundo; la población que no aparece y la que apenas cuenta. Barrios enteros o realidades complejas que viven ignoradas del interés social.
Por los azares del destino y otras decisiones, vivo rodeado de pequeñas historias que no aparecen en las noticias. Verdaderas historias de salvación que permanecen ocultas a los medios, pero que contienen una gran riqueza. Pequeñas historias con las que convivo cada día, que son esa cara oculta hay vida, y que pretendo compartir con mis lectores retomando este blog.