El Santuario
de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro de Granada, espacio de santidad
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Ayer comenzábamos la Novena de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro en este templo-santuario dedicado a ella en la ciudad de los cármenes. El cartel que lo anuncia y que este año ha pintado bellamente el joven artista Alejandro Pérez, quien al describir su obra apuntó el día de su presentación “que en la parte inferior, a través de un collage se representa la Eucaristía en manos del venerable Francisco Barrecheguren, el rezo del rosario en la figura de la beata Conchita Barrecheguren y la comunidad redentorista en su fundador San Alfonso María de Ligorio. Además, ha plasmado de fondo un calendario «con la fecha del 27 de junio en rojo, festividad del Perpetuo Socorro”, Tal obra me ha hecho rememorar que el santuario es un espacio santo impregnado por la fe y oración de personas santas.
Echando manos
de la historia, he comenzado a hacer un elenco de personas santas que han vivido
aquí. El mismo origen del templo está vinculado al sacerdote granadino
venerable D. Pedro de Torres y Acebedo (1614-1670), que está enterrado en la
cripta del templo, y que desde su sepultura se ha convertido en cimiento de la
fundación filipense. Junto a él, recordamos otro de los cimientos, esta vez no
del templo, sino de la comunidad redentorista; es el venerable Victor Loyódice
(Corato –Italia- 1824 - Montevideo -Uruguay- 1916), sacerdote redentorista de
la Provincia de Nápoles que instauró la congregación en España; fundó
primeramente una comunidad en Alhama de Granada (1867-1868); y tras la
restauración en San Juan de los Reyes, donde llegó en 1879 y marchó camino de
Argentina en 1884). Pero lo tenemos entre las personas cimiento porque no llegó
a conocer este espacio de santidad que es el Santuario del Perpetuo Socorro.
Los Misioneros
Redentoristas adquirieron el templo filipense y los edificios adyacentes,
desamortizados en 1835, mediante compra realizada en 1912. Restaurado el templo
lo consagraron al culto del Sagrado Icono que en 1874 el papa Beato Pío Nono
les encomendó y pidió que la dieran a conocer. Desde ese momento hasta el
presente este centro eclesial granadino ha levantándose con personas que ya han
sido declaradas por la iglesia como santas. Para hacernos conscientes del dato,
hagamos un elenco de ellas y demos unas pinceladas sobre su vida en este
espacio.
Beatos
Beata María de la Concepción del Perpetuo Socorro Barrecheguren
(Conchita) (1905-1927).- Nacida y fallecida en Granada, fue bautizada con
el nombre de María de la Concepción del Perpetuo Socorro por la devoción de sus
padres a esta advocación de la Virgen. Fue inscrita en la Archicofradía del
Perpetuo Socorro. Su padre que ya se dirigía y confesaba con el redentorista P.
Ruiz Abad, ante los escrúpulos de la hija la trajo a que fuera él quien la
atendiera espiritualmente. Trasladado el confesor comenzó a dirigirse con el P.
Tomás Ramos, quien le acompañó espiritualmente durante el proceso de la
enfermedad. Vinculada a la asociación de las Marías de los Sagrarios, tenía su
sede granadina en el Santuario. Y cuando ya estaba muy débil en el Carmen de la
Alhambra, donde falleció, fue el redentorista beato Julián Pozo quien le
administró los últimos sacramentos. Los redentoristas son quienes alentaron su
fama de santidad con las diversas biografías que publicaron; son ellos quienes
han seguido el proceso de canonización iniciado en 1938 y concluido en 1945.
Desde 2007 sus restos descansan en este templo y aquí reciben culto.
Beatificada en Granada el 6 de mayo de 2023.
Beato Pedro Romero Espejo (Pancorbo 1871 – Cuenca 1938). Sacerdote
redentorista muerto en la cárcel de Cuenca en 1938 a causa de las persecuciones
sufridas y las torturas recibidas después de vivir en medio de la persecución
religiosa como un mendigo por las calles de la ciudad llevando los auxilios
espirituales a quien se lo reclamaba. Fue beatificado en Tarragona en 2013. Desde
1897 a 1899 estuvo destinado en la comunidad redentorista granadina de San Juan
de los Reyes, entregándose a la predicación de misiones en el Valle de Lecrín y
las Alpujarras. Regresa a Granada en 1914 ya al recién inaugurado santuario; y
aquí estará hasta diciembre de 1921 en que es destinado a Cuenca, donde le
espera la persecución religiosa. Durante estos años, además del confesionario,
de nuevo se entregará a la predicación de misiones en todo el territorio de la
archidiócesis granadina y las vecinas.
Beato Julián Pozo Ruiz de Samaniego (Payueta 1903 – Cuenca 1936).-
Sacerdote redentorista afectado por la
tuberculosis desde su profesión. Vivió su vocación ayudando en el ministerio
interno en la medida que su enfermedad se lo permitía. Murió martirizado en
Cuenca en agosto de 1936. Fue beatificado en Tarragona en 2013. Es destinado al
Santuario del Perpetuo Socorro de Granada donde llega el 3 de diciembre de 1925
por motivos de salud y se marchará el 30 de octubre de 1927 con destino a
Cuenca, donde le espera el martirio. Durante el breve espacio de tiempo que
vive en el santuario conocerá a la beata Conchita Barrechegure y tendrá la
dicha de ser quien le administre los últimos sacramentos en el lecho de muerte.
También será testigo de la Coronación del Sagrado icono en dicho Santuario el
día 12 de junio de 1927.
Beato Miguel Goñi Áriz
(Imarcoain 1902 – Cuenca 1936).- Sacerdote redentorista dedicado a las
misiones que murió martirizado en Cuenca a finales de agosto de 1936. Fue
beatificado en Tarragona en 1913. Fue destinado al Santuario del Perpetuo
Socorro de Granada donde llega en marzo de 1927 y está hasta marzo de 1928
recuperándose de una afección pulmonar. Como el P. Pozo, también será testigo
de la Coronación del Sagrado icono en dicho Santuario el día 12 de junio de
1927.
Beato Ciriaco Olarte Pérez de Mendiguren (Gometxa 1893 – Cuenca
1936).- Sacerdote redentorista entregado a las misiones, primeramente en
México, de donde fue expulsado en 1927; posteriormente en España hasta su
martirio en a a finales de julio de 1936. Fue beatificado en Tarragona en 2013.
El 16 de agosto de 1932 el P. Ciriaco llega destinado a Granada en donde estará
hasta el 4 de julio de 1933, además de misionero como sotoministro y prefecto
de forasteros. Desde el Santuario del Perpetuo Socorro se entregó al anuncio
misionero en un periodo complicado para públicamente anunciar la fe; su radio
de acción se extiende a Córdoba, Málaga, Granada y Almería, predicando Misiones
Novenas y Ejercicios a Monasterios contemplativos.
Beato Antonio Girón González (Ponferrada 1871 – Madrid 1936).-
Sacerdote redentorista martirizado en Madrid a finales de agosto 1936. Beatificado
en Madrid el 22 de octubre de 2022. Aunque no vivió como misionero destinado en
Granada, siendo Ecónomo Provincial fue quien compró el antiguo convento
filipense en 1912 y quien dirigió las obras del mismo desde Madrid. Visitó el
Santuario en numerosas ocasiones.
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Beato Nicesio Fernández del Palomar Quincoces (Tuesta 1859 – Madrid
1936).- Hermano coadjutor redentorista, dedicado fundamentalmente a la
horticultura y posteriormente a la dirección de las obras en las distintas
comunidades redentoristas. Fue martirizado en Madrid el 16 de agosto de 1936;
fue beatificado en Madrid el 22 de octubre de 2022. Aunque por su trabajo de
maestro de obras estuvo varias veces en Granada, residió en el Santuario del
Perpetuo Socorro desde el 14 de diciembre de 1912 hasta el 24 de abril de 1914
para dirigir las obras de limpieza y restauración del templo de San Felipe y
convertirlo en el santuario granadino de la virgen.
Beato Manuel Medina Olmos (Lanteira 1869 – Vícar 1936).-
Sacerdote sacromontano y obispo de Guadix. Fue martirizado el 29 de agosto de
1936 en Vícar (Almería); fue beatificado en Roma en 1993. Aparte de la relación
privada que pudiera tener con el santuario, siendo Obispo Auxiliar de Granada
ayudó al Cardenal Vicente Casanova y Mazol a coronar el Icono del Perpetuo
Socorro de Granada el 12 de junio de 1927.
Camino de los altares
Venerable Francisco Barrecheguren Montagut (Lérida 1881 – Granada
1957).- Huérfano de padres, fue educado en Granada por sus tíos paternos.
Heredó una gran fortuna y fue formado por los jesuitas en El Palo (Málaga).
Casado con Dª Concepción García Muñoz, fue padre de la beata Conchita
Barrecheguren. Después de morir su hija, y posteriormente su esposa, terminada
la fase diocesana del proceso de canonización de su hija, ingresó como
postulante Redentorista en el Santuario del Perpetuo Socorro el 13 de junio de
1945, donde estuvo hasta el 13 de mayo de 1946 en que viaja al noviciado. Él ya
conocía la casa, pues había frecuentado la iglesia para confesarse y para que
su hija se dirigiese con su confesor. Con la enfermedad y muerte de Conchita y
la enfermedad de su esposa encontró en los redentoristas unos amigos en los que
apoyarse en tales momentos; también en los redentoristas encontró los
promotores del proceso de su hija, de manera que su entrada en el postulantado
era el paso subsiguiente al de trato estrecho con los que ahora tenía como
hermanos de comunidad. Tras su ordenación regresa a Granada el 18 de septiembre
de 1949, y residirá en el Perpetuo Socorro hasta el momento de su santa muerte
el día 6 de octubre de 1957. Inhumado en el cementerio de San José, sus restos
fueron trasladados al Santuario del Perpetuo Socorro de Granada en 1995. El 5
de mayo de 2020 el Papa Francisco lo declara venerable al firmar el decreto de
virtudes.
Siervo de Dios Celso Alonso Rodríguez (Rioseras 1896 – Valencia 1936).-
Hermano coadjutor redentorista, de carácter abierto y simpático, que
profesó en 1920 y se dedicó fundamentalmente al cuidado de las comunidades y de
los cohermanos redentoristas enfermos. Llevaba en Valencia desde 1935 cuidando
al anciano P. Antonio Mariscal en el Asilo de las Hermanitas de los Ancianos
Desamparados cuando le sorprendió la persecución religiosa. Aunque pasaba como
enfermero, fue delatado por un anciano y martirizado el 29 de septiembre de
1936 en compañía de otro hermano coadjutor jesuita en el cauce del río Turia a
la altura de Nazaret. Estuvo viviendo en Granada desde el 11 de enero de 1933
hasta el 16 de enero de 1935 cuidando de la comunidad como cocinero. Como dato
curioso, en las navidades de 1934 ayudó al H. sacristán ha montar un magnífico
nacimiento en el santuario. Desde Granada marchó a Valencia a cuidar del P.
Mariscal y allí le sorprendió el martirio. Su proceso de martirio se encuentra
en fase romana a la espera de su estudio por los historiadores.
Siervo de Dios Angel Vesga Fernández (Herramélluri 1886 – Valencia 1936).-
Hermano coadjutor redentorista, de carácter fuerte y muy trabajador,
fundamentalmente como carpintero o albañil. Profesó en 1910 y su vida
transcurrió en las comunidades que necesitaban sus servicios. Había llegado a
Valencia procedente de Barcelona en 1935; escondido en la portería de un
edificio donde se encontraba el Consulado de Argentina, fue sorprendido por los
milicianos que custodiaban el edificio diplomático, llevado a una cheka fue
martirizado con un sacerdote diocesano en la trasera de la antigua Estación de
Aragón, junto a la acequia de Algirós, el día de su onomástico, 1 de octubre de
1936. Estuvo destinado en el Perpetuo Socorro de Granada en dos periodos;
primeramente desde 1912 al 24 de abril de 1914 empleado en las obras de
limpieza y restauración del antiguo templo de San Felipe. Sobre el particular
la crónica dice: “La limpieza de las paredes y bóvedas corrió por cuenta de
nuestros Hhos. Nicesio, Donato, Feliciano y Angel. Y hay que
decir que la ejecutaron maravillosamente bien. La iglesia estaba toda negra
como una chimenea, sobre todo por las partes más cercanas a las viviendas en
que estaban convertidas torres y tribunas. Hubo mucha precisión de irlas
raspando toda punto por punto; y en algunas partes, no bastaba eso, y hubo que
picar la piedra hasta quitar una capa, habiendo conseguido dejarla como nueva,
lo mismo que si se acabase de hacer. Para esta obra se construyó un andamio que
se apoyaba más arriba de la última cornisa, en el arranque de la bóveda, por
encima de la barandilla de madera”. Posteriormente estuvo de nuevo
destinado en el Santuario granadino desde el 27 de junio de 1926 al 3 de julio
de 1928, para el mantenimiento de la casa. Dejó instalada una bomba de agua
para el riego de huerta y jardín. Su proceso de martirio se encuentra en
fase romana a la espera de su estudio por los historiadores.
Siervo de Dios Manuel Gil de Sagredo Arribas (Granada 1908 – Astorga
1952).- Sacerdote redentorista granadino, nacido frente al Santuario del
Perpetuo Socorro y bautizado en la parroquia de San Justo y Pastor. Durante una
misión de los redentoristas en dicha parroquia cuando contaba con 12 años se
entusiasmó y quiso ser misionero. Entró en el Santuario, donde contemplando el
icono de la Virgen quedó lleno de ansias misioneras. Profesó en 1924 y tras
ordenarse sacerdote en 1930 marchó como misionero a China, donde estuvo hasta
1941 en que regresó a España y donde le sorprendió el bloqueo de fronteras por
la 2ª Guerra Mundial. Regresó a China como Viceprovincial en 1946, y allí le
sorprendió la Revolución maoísta; opuesto con tenacidad a la creación de la Iglesia
popular china e invitando a los católicos a permanecer fieles al Papa, fue
encarcelado desde junio a noviembre de 1951; sufrió malos tratos y torturas. Conmutada
la pena de muerte por la expulsión de China, llegó a Madrid muy débil en enero
de 1952. Tras una gira de animación misionera por España, falleció
inesperadamente en Astorga (León) el 4 de agosto de 1952. Además de ser
granadino e iniciar su vocación misionera en el Santuario del Perpetuo Socorro,
durante su estancia en España al regresar de China tanto en 1941 como en 1952
estuvo aquí creando y animando al grupo de Marías del Redentor, que él había
creado como colaboradoras de la Misión Redentorista de China. Además, fue el
Rector del Santuario del Perpetuo Socorro desde abril de 1944 hasta mayo de
1946, en que presenta su renuncia para volver a China. De este periodo podemos
destacar además de la creación de las Marías del Redentor, la predicación de
Misiones Populares por diversos pueblos de Andalucía Oriental y la acogida como
postulante del Venerable Francisco Barrecheguren. Sus restos, recatados del
osario del panteón redentorista de Astorga, descansan en la cripta del templo
granadino. Su proceso está iniciado en la Curia granadina.
Santos de la puerta de al lado.- Podríamos pensar que tras la
muerte del P. Barrecheguren na santidad dejó de adornar el santuario; pero lejos
de la realidad. Que no haya ninguno más camino de los altares no significa que
en este recinto no hayan vivido o celebrado la fe personas santas. El pudor me
impide poner nombres; pero estoy seguro que tu experiencia y recuerdo
agradecido llena de nombres de sacerdotes o hermanos redentoristas, o de hombres
y mujeres laicos mi silencio. Personas que han caminado y orientado sus vidas
desde Cristo y que se han gastado por el evangelio, contagiando su entusiasmo y
el amor y devoción a la Virgen a todos cuantos se acercaban a ellos. Misioneros
que aún viven con nosotros y que su trasparencia deja vislumbrar su vida
consagrada y gastada por el Evangelio.
Hermoso es vivir, celebrar la Eucaristía, desgranar los avemarías del rosario, o contemplar en silencio la Eucaristía en este espacio, cuya mayor belleza no son las piedras que nos transportan a los siglos de historia; tampoco los bellos retablos que se elevan con majestuosidad para cobijar las sagradas imágenes; ni siquiera el magnífico trono diseñado por Encarnación González y ejecutado por la maestría de José Navas Parejo; tampoco las imágenes de San Felipe y San Juan Nepomuceno, de la escuela granadina, herederas del antiguo Oratorio. Este templo está embellecido por la santidad de tantas personas que han vivido su fe en él; que han ejercido su ministerio presbiteral; que han colaborado en su limpieza y ornato. Ellos, que son más que los 10 beatos y 4 en camino hacia los anteres, han ido embelleciendo este espacio sagrado.
Este legado también
se convierte en responsabilidad de cuantos aquí vivimos la fe, ejercemos el
ministerio o compartimos la amistad. Seguir ornando este templo con una
santidad que entusiasme a cuantos a él se acerquen; una santidad que se
concrete en anuncio misionero y servicio caritativo a los mas desfavorecidos. Una
belleza que sea el mejor tesoro que ofrezcamos a la iglesia y sociedad de
Granada, pues pocos lugares de esta ciudad pueden contar con este tipo de
belleza.