

El pateo por las calles y la contemplación de los restos del acueducto me traía a la mente aquella imagen de la Iglesia que nos recuerda que es parecida a un acueducto; su finalidad es ser cauce de gracia y salvación a la comunidad humana. Todo en ella está a para ese servicio. Las intituciones, grupos, normas, litúrgia son pilastras que soportan la canalización de la gracia. Cuando todo el edificio pierde su finalidad de conjunto, se tricina a si mismo.
Al ver las ruínas me venía a mi imaginación la iglesia, las distintas comunidades cristianas, y en concreto esta en la que me encuentro en Mérida. Se vive una gran fractura entre la vida del barrio y la iglesia; una comunidad que se vive fracturada desde años; grupos de iglesia que viven de espaldas y despreocupados de la fe y religiosidad de los demás; comunidad parroquial que tiene la tentación de mirarse a sí misma y no mirar y preocuparse de aquellos que no participan. Este sentimiento quedaba ilustrado por las pilastras del acueducto que han quedado al margen de la unidad del connjunto.
Al ver las ruínas me venía a mi imaginación la iglesia, las distintas comunidades cristianas, y en concreto esta en la que me encuentro en Mérida. Se vive una gran fractura entre la vida del barrio y la iglesia; una comunidad que se vive fracturada desde años; grupos de iglesia que viven de espaldas y despreocupados de la fe y religiosidad de los demás; comunidad parroquial que tiene la tentación de mirarse a sí misma y no mirar y preocuparse de aquellos que no participan. Este sentimiento quedaba ilustrado por las pilastras del acueducto que han quedado al margen de la unidad del connjunto.

Confiemos en la ayuda de Dios.
Me gusta mucho tu metáfora, Antonio. ¡Espero que logréis vuestro objetivo!
ResponderEliminarun besazo desde madrid