En el avión los PP. Manuel y Antonio |
Escribo desde la mitad del Océano Atlántico, cuando el avión vuela
con dirección a Madrid, acompañado por el P. Manuel Cabello. Atrás hemos dejado
las horas de espera en Miami y la incertidumbre del paso por el control de
pasaportes en la aduana de EEUU.
Despegábamos a las 7,00 AM de Honduras y dejábamos bajo
nuestros pies La Mesa, La Lima, El Nuevo San Juan, y desde allí podíamos situar
en el horizonte la Nueva Jerusalén, La Paz, Oro Verde, Campo Dos… y traer a la
memoria esos rostros de personas con los que hemos compartido estos días. Y con
el recuerdo, la nostalgia de la despedida.
Nuevo San Juan a vista de avión |
Capilla del Smo. Redentor y niños a la espera |
El sábado pasado acogíamos a las
4 voluntarias de la ONG Asociación para la Solidaridad. Una de ellas es Dolo,
una viaja conocida de Granada; otras dos, Bea y Noelia, pertenecientes a la
parroquia de Sevilla donde estoy destinado; la cuarta, Nieves, procedente de
Olivares (Sevilla), donde la conocí en febrero, durante la Renovación de
Misión. Desearles a las cuatro que su estancia por Honduras les llene tanto
como a mí.
Niños a la puerta del Smo Redentor repartiendo el desayuno. P. Nery a la derecha; Nieves, voluntaria, a la izquierda. |
Quisiera agradecer a Dios la
experiencia vivida; a los hermanos y compañeros misioneros por todo lo
compartido y por la ayuda prestada; y a tantas personas conocidas por su
amistad, acogida y ayuda.
Dios es grande; la Iglesia
Católica es amplia y universal, y nos acoge en cualquier lugar del mundo; la
Congregación Redentorista es una familia fraterna que nos hace sentir hermanos
a todos con independencia de nuestra procedencia.
P. Josue, seglares de la Fesitranh y voluntarias de AS en altos de Sula |
Apreciado Antonio, gracias a ti por las hermosas palabras con las que has resumido la realidad de nuestro país.Cada uno de ustedes se lleva parte de nuestro corazón,pero se quedarán eternamente en el corazón de quienes formamos esta familia parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe en La Lima. Esta es ahora también tu familia, tu tierra, tu casa. Que disfrutes de unos días de descanso y que Dios fortalezca tu vocación misionera y que sobre todo, permita que un día puedas regresar por esta tierra que es tu tierra. Un abrazo fraterno.
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