Durante
estos días algunos redentoristas de España hemos estado buscando nuevos
lenguajes y formas de anunciar el Evangelio a los jóvenes. Totalmente
convencidos de que Jesús llena la vida, no podemos hacer otra cosa que darlo a
conocer… y contárselo a nuestra generación. Pero sabemos que esta búsqueda ha
sido la de todas las generaciones. Hemos querido hacer el camino de otros
buscadores.
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Valle del Silencio |
Para
motivar nuestra búsqueda hemos peregrinado hacia la Tebaida berciana, para
buscar las preguntas, experiencias y respuestas de Fructuoso, Genadio, Salomón
… y otros tantos hombres que por estos valles se consagraron a hacer vida y
anunciar el Evangelio viviendo entre los campesinos del lugar en fraternidades
evangélicas. Desde nosotros mismos; llegando a lo profundo del corazón del
otro; es allí donde surge la experiencia de misterio.
En
diferentes épocas, estos hombres, en su búsqueda, se dejaron guiar por la
estrella de la fe, y se adentraron en la inseguridad y zozobra de aquellos
valles retirados. Allí se dejaron sorprender por Dios a través de la
naturaleza. Entregados a la oración personal, Jesús despertó en ellos unas
nuevas búsquedas: la de la comunidad, la del servicio al prójimo y la del
anuncio del Evangelio. De la oscuridad de las cuevas de silencio pasaron a las
comunidades monásticas; y de allí asumieron la coordinación de la Iglesia
astorgana; para terminar finalmente entregados a la oración.
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Bodega de San Pedro de Montes |
Con
estos santos peregrinamos a esos valles, donde nos hicieron una llamada a cada
uno de nosotros. Es necesario bajar a la bodega del corazón, descubrir en ella
la luz de Dios y desde ella la luz de Dios, y desde ella, y con un corazón
grande, contemplar con mirada compasiva y empática nuestro mundo, para abrir
caminos para que nuestros jóvenes puedan descubrir al Señor.
Estos
caminos sólo son posibles abrirlos desde la vida en común, el trabajo en grupo
y un corazón repleto de Dios.
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agujero de la Cueva de San Genadio |